Renacimiento es el nombre dado a un amplio
movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI.
Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también
se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. Italia
fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las
ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del
mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque este
movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. El término
simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de
predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad
Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser
humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el
teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.
El historiador y artista Giorgio Vasari había
formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que
presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente
nuevo en la actitud espiritual del artista.
De hecho, el Renacimiento rompió,
conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó
como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico.
Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte
contemporáneo del norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística
general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad
estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
Sobre el significado del concepto de Renacimiento
y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente, con el término
«humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica
y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las
realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde
los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura
europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las
novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el
inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados
europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y
América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la
afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por
su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.
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